La leyenda del Diablo de Cantuña, un ícono del folclore ecuatoriano, refleja la valentía y el ingenio de un indígena en el Quito colonial. Este relato, inmortalizado en una obra artesanal de resina pintada a mano, narra cómo Cantuña aceptó un pacto desesperado con Lucifer para completar el atrio de San Francisco antes del amanecer, a cambio de su alma.Con astucia, Cantuña estableció una condición: cada piedra debía estar perfectamente colocada. Al amanecer, Lucifer descubrió que faltaba una piedra escondida por el ingenioso Cantuña, rompiendo el pacto y dejando al diablo derrotado en un estallido de fuego y azufre.Esta obra captura no solo el enfrentamiento entre el bien y el mal, sino también el poder del ingenio humano frente a lo imposible, preservando una de las historias más emblemáticas del Quito colonial y su legado cultural.